miércoles, 20 de abril de 2011

Instante

Cuando sentí el leve roce de sus labios posándose en los míos, mi corazón se hundió en una melodiosa y alegre palpitación; mi cuerpo acompañaba el ritmo con un leve tiritar; mi piel se erizó y mis vellos aplaudían de pie aquel magnifico recital, la ópera prima de algún ángel anónimo queriendo convertirse en leyenda…
Sus ojos centellaban, como poseídos por un par de estrellas prófugas de la noche. Mi boca olvidó conjugar, no sabía cómo expresar cuán mágico era aquel instante, aquel fragmento de tiempo transcurrido en algún lugar olvidado, en el centro del Universo, en medio de todo, sin percibir nada más que nuestras propias esencias. Sellamos el pacto entre la tierra y el viento, la luz y la sombra, creamos el inicio de una nueva historia…

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