Ese algo, ese no sé qué.
Siempre me lleva a la destrucción
cuando parece lo que soñé,
cuando reanima la intención.
Pero reacciona contra mi fe
y me suprime el corazón.
Zahiriendo mi áspero orgullo,
con misiles, la soledad.
Vidrios molidos los que me engullo
cuando me trago la verdad.
Bajan cortando mi garganta,
mientras los paso con sangre y ron.
Visiones claras las que me espantan
al ver la historia en el callejón,
junto a mi sombra, que no se aguanta
robar mi luz, apagar el sol.
Oh cruel pájaro silencioso,
picas mi alma muerta y sin fe.
Mientras mi aliento final esbozo
viendo mis sueños languidecer.
Aflojo un sonido seco y rasposo,
Mi última risa no es de placer.
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