"Te dejo con tu vida
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres."
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres."
— Mario Benedetti, Chau número tres.
No sé qué podría decir que ya no esté
dicho.
Busqué en prosas y versos de otros algo
para decirte, pero no lo hallé.
Intenté decirte que el tiempo corre, que
los años pasan,
Que el olvido todo se lo lleva. Pero eso ya
lo sabías.
Intenté hacerte saber que, a pesar de eso,
de esto, de aquello, de la soledad, de la ausencia,
Creía que se podía. La felicidad y esas
cosas.
“Intentar… eso no vale”, decías siempre, con
tanta razón.
Pero yo sólo sé intentar, ensayar. No tengo
más.
“La vida es el interminable ensayo de una
obra que nunca se estrenará”. El viejo Chaplin.
De nuevo con los otros. Se aceran las 6:00
y no he escrito nada. Cae la tarde.
No hago más que arrumar palabras. ¿Qué más
puedo hacer?
Tal vez decirte que hoy es sólo una fecha
más, pero que pudo ser otra cosa.
Eso también lo sabes. Dos años no es tanto,
pero es algo. Sabor amargo.
“Hay que olvidar, seguir… Ya pasó”, debes
pensar, pero, quisiera pensar
Que en el fondo, en ti también hay un
pequeño hueco, una ficha faltante que solía estar.
Tal vez no la haya. Entonces esto que
escribo no tendrá más relevancia que cualquier cosa.
Pero sino, tal vez pueda ser más que un
simple texto. Que otro intento. No lo creo.
Hace dos años, sí. Hace un año, más
palabras de mi parte, más sonrisas de la tuya.
Hoy, después de tanto, después de todo, no
quedan sino mis palabras.
Olvidar. Sí, tal vez. Por ahora, creo que
esto será lo último que escriba para ti.
“Es lo más sano”, sí, eso piensas. Eso
creo, también.
O quiero creer. Por ahora. No tengo más que
esto, otro intento, otro ensayo.
No sé ni qué sea. Tal vez sólo otro texto para el olvido. Tal
vez no.